Quiero recomendar el sitio de M Becerra

Quiero recomendar el sitio de M Becerra Dr en #Comunic y prof en la #UNQ #arg, #medios #telcos http://ow.ly/6mUBB

«No hagas nada por obligación ni por co

«No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor». Facundo Cabral (vía @FanUltra)

Por el póster del #titan #Palermo compré

Por el póster del #titan #Palermo compré el diario #MUY

Buen lunes para todos!

Buen lunes para todos!

Servicio tecnico ineficiente.

Personal comunicaciones:
Escribo esta nota harto de recibir respuestas inconclusas y poco efectivas. Hace 21 días que dejé mi Teléfono en el servicio técnico de PERSONAL que se encuentra en Quilmes Centro. Y todavía sigo sin sevicio. Ya hice mi reclamo a la Oficina Comercial que se encuentra en la misma manzana. Me quieren calmar diciendo que van a «apresurar» el trámite. Yo quiero y exijo un télefono para poder comunicarme. NO tienen un reemplazo para darme, es una VERGÜENZA que no brinden un servicio adecuado y respetuoso para usuarios que son los que mes a mes hacen grandes ganancias a esto inescrupulosos empresarios. Que con complicidad de legisladores y gobernantes no reglamentan la ley que regule de una buena vez a estos descarados vende-humo.
Cansado de ir y venir al Servicio Técnico, atendido muy bien por escaso personal (2 y a veces 3) que todos los días deben dar la cara a cientos de usuarios que se presentan en un local de reducidas dimensiones, mientras que a escasos 100 metros se emplaza el centro comercial con varios pisos, alfombrado, amoblamiento y atención de primera. Ahora para lavar los trapos sucios negrean a una decena de personas en un trabajo nadie quiere hacer. Aguantar las puteadas de clientes disgustados por que se les toma el pelo una y otra vez. Testigo de todo esto, cansado de ir y venir por una respuesta, exijo una urgente solución, un teléfono para comunicarme y el resarcimiento por lo doloso de esta situación.

PD: Quiero que me desbloqueen el equipo, (si es que algún día lo volviese a tener), ya que la misma situación en MOVISTAR me liberaron el equipo en 1 (un) año y no en 18 meses como me contestaron en la of de PERSONAL.

PD2: Mi línea es (011) 6269-……

PD3: Envío copia a ADECUA, BLOGS Y OTROS MEDIOS, PARA INTERIORIZARLOS DE ESTA ESTAFA.

JOAQUIN DANIEL CASTAÑO.
visita: http://elchichilo.blogspot.com
twitter.com/joecastano
jcdaniel_ar

Lo que vendra!!!!!

Hay muchos trasnochados que quieren sembrar miedo y desconcierto. Es preferible leer de todas las fuentes y a partir de ahí tomar posición, antes que creer todo lo que se escucha.
Hay un gobierno que llegó a donde llegó x voluntad de un pueblo, el mismo que acompañó las exequias de NK de la semana pasada. Quién quiera gobernar pensando en el futuro no puede borrar o ignorar esa masa de personas que lloraron y conmovieron a muchos….

JOAQUIN DANIEL CASTAÑO.

Preguntas que nos surgen

Por Ignacio Blanco, Marcelo Ciaramella,
Eduardo de la Serna *

Ante el surgimiento de temas conflictivos en la sociedad, en medio de los debates, vemos que con mucha frecuencia las voces que se atribuyen a “la Iglesia” aparecen del lado de los que se niegan a “lo nuevo”, los que tienen miedo a la libertad, los que quieren que nada cambie. Es cierto que con mucha frecuencia hay quienes quieren mostrar la “peor cara” de la Iglesia, es cierto que no siempre “lo nuevo” es “lo mejor” y que caminar caminos de libertad supone andar rumbos que a su vez nos hagan libres. Por eso, como miembros activos y plenos de la Iglesia, un grupo de curas de la diócesis de Quilmes quisiéramos formularnos algunas preguntas. No pretendemos tener todas las respuestas, pero sí creemos que interrogarnos nos ayuda a pensar con libertad y con paz.

– Ante el clima de intolerancia, y en muchos casos de actitudes verdaderamente dignas de las peores Cruzadas, movidas por preocupantes fundamentalismos bíblicos, filosóficos y antropológicos, nos preguntamos: ¿Se puede seguir afirmando que la homosexualidad es una “enfermedad”, y desde una comprensión prejuiciosa de la misma, condenar tal identidad y sus eventuales derechos civiles? ¿Cuáles serían los argumentos serios, razonables y académicos para sostener semejante afirmación?

– Ante el planteamiento de que un eventual matrimonio entre parejas del mismo sexo atenta contra la “ley natural”, nos preguntamos: ¿A qué se llama “natural” en estas discusiones? ¿No estará aquí una de las dificultades para poder clarificar este debate? “Ley natural”, “naturaleza”, “orden natural”, ¿no son expresiones a ser revisadas y actualizadas? ¿Pueden entenderse estas expresiones de manera absoluta, fijista y sin la dinámica propia de nuestra condición humana? Si en la historia de la Iglesia se consideraba “natural” el cauce de un río y se impedía canalizarlo, o se consideraba “natural” la esclavitud, ¿no estaremos ante una concepción claramente cultural? La concepción de “ley natural”, ¿no es más propia del helenismo que de la Biblia? Cuando san Pablo afirma que “es natural en el varón el pelo corto” (1 Cor 11), ¿no es ésta una concepción evidentemente cultural?

– En nuestros barrios hay muchos pibes y pibas que nacen y crecen con madres solteras, a cargo de tías y abuelas, de gente sincera que realizando la “función materna y paterna” les garantiza el afecto y el cuidado necesario para la vida. Comedores, hogares o simplemente vecinos y vecinas que hacen gratuitamente más amplia su mesa y su casa, logran que muchos chicos encuentren “familia” (la más de las veces sin su papá biológico y, a veces, hasta sin su mamá biológica). ¿No será necesario revisar el concepto burgués de “familia”, defendido detrás de slogans discriminatorios a la condición homosexual? ¿No han generado los pretendidos “sanos” matrimonios heterosexuales (“sanos” por el mero hecho de ser “hetero”) situaciones disfuncionales, abandono de hijos, abusos y violaciones a la vida?

– Se ha afirmado que se quiere cambiar “la familia”. ¿No es evidente que “la familia” ha cambiado y sigue cambiando a lo largo de la historia? El modelo que actualmente se defiende, ¿no es propio del siglo XVIII y muy diferente de las familias de las comunidades indígenas de América o de Africa? ¿La familia polígama de “Abraham, nuestro padre en la fe”, es igual a la familia ampliada en la que convivían no sólo padres, hijos, nietos, sino también esclavos y clientes, como era habitual en el imperio romano? ¿La familia patriarcal en que la mujer era tenida por “propiedad de” un varón (¿no viene de allí el término matri monium?) es igual a la familia en la que una jovencita debe cuidar a sus hermanitos mientras su mamá trabaja porque su papá los abandonó? ¿Cuál de todos estos y los muchos otros existentes en la historia sería el término adecuado para hablar de “familia”?

– Si miramos el Evangelio de Jesús, es evidente que Reino de Dios y familia son “fidelidades en conflicto” (S. Guijarro). Jesús dedica todas sus energías y entusiasmo a predicar “el reino de Dios” y relativiza de un modo claro y evidente la familia. ¿No es sorprendente que muchas veces escuchemos y leamos sobre “la familia” como una expresión unívoca y sin relación con la búsqueda de la justicia y la opción por los pobres, propia del Reino? ¿Por qué tantos y tantas “cruzados/as” católicos/as que levantan sus voces y se movilizan no lo hacen para combatir la pobreza, la injusticia, la desocupación, la falta de salud, de vivienda digna, cosas que ciertamente “atentan contra la familia”? Si para Jesús, “el reino es lo único absoluto y todo lo demás es relativo” (Pablo VI), ¿por qué no es “el reino” el grito unánime de los “cristianos” (católicos o no) de hoy?

Si la Iglesia en su historia, en su predicación y en sus enseñanzas (Magisterio) enseña que se debe obedecer ciegamente la “conciencia”, y que el ser humano “percibe y reconoce por medio de su conciencia los dictámenes de la ley divina, conciencia que tiene obligación de seguir fielmente en toda su actividad para llegar a Dios, que es su fin” (Dignitatis humanae, Nº 3), ¿es posible, a esta altura de la historia, pretender condicionar la acción de nuestros legisladores en su labor parlamentaria con concepciones propias de la cristiandad medieval, obviando su legítima libertad de conciencia en temas tan controvertidos? Es absolutamente justo y razonable poder decir una palabra y opinar, pero pretender legislar o que los legisladores “deban” seguir dictámenes eclesiásticos, ¿no es más propio de concepciones de “cristiandad” antes que de respeto y tolerancia democráticas?

– Algunas voces eclesiásticas han reclamado un “plebiscito”. Siguiendo los propios criterios y argumentos que han enarbolado, ¿se podría plebiscitar la “ley natural”? La apariencia es que consideran que en ese supuesto plebiscito saldría ganadora su posición, ¿lo propondrían, de no creerlo?, ¿aceptarían un triunfo de la posición opuesta? Si se trata de reconocimiento de “derechos de las minorías”, ¿es sensato o justo proponer semejante plebiscito? ¿Se puede plebiscitar lo que es justo?

– Si para Jesús el Reino de misericordia, justicia e inclusión de los desplazados de su pueblo estaba por encima de toda otra concepción y valores culturales de su tiempo (la familia incluida); a la luz del evangelio del Buen Samaritano (cf. Lc 10,25-37) nos preguntamos, ¿cómo podríamos considerarnos discípulos de Jesús sin conmovernos con entrañas de misericordia ante los hermanos y hermanas excluidos del camino de la vida y la igualdad ante la ley? ¿Podemos seguir “de largo” sin detenernos a escuchar lo que Dios nos está queriendo decir a través de tantos y tantas que se sienten “explotados y deprimidos” bajo un sistema discriminatorio?

En conciencia, queremos ser pastores según los sentimientos de Jesús, y estas preguntas son las que nos surgen en estos días.

Queremos ser Iglesia servidora del Reino, siempre del lado de los más pobres y sufrientes.

* Junto a otros quince sacerdotes de Quilmes y otras diócesis.

ABUSEMOS TRANQUILOS.

Por Eduardo de la Serna * Si algo queda claro en la enorme gravedad de los casos de abusos es que, más seriamente que un problema sexual, estamos ante un tema de poder. Se trata de un abuso de poder. Una figura (o más de una) ante la que se experimenta debilidad, ejerce abusivamente poder sobre ella. De allí que se diferencie de una violación, aunque a veces la incluyan. El violador suele ser un desconocido que irrumpe, un abusador es un conocido que con su poder no sólo abusa sino que ve, de una manera u otra, garantizada su impunidad.
Una de las cosas que más escandalizan ante los casos de abusos sexuales de menores por parte de curas no es la cantidad, ya que no parece que sea proporcionalmente más numeroso que los casos de docentes, enfermeros, y –sobre todo– personas cercanas en la familia a la víctima. Lo escandaloso es el silencio, “barrer bajo la alfombra”.
Es verdad que muchas veces el mejor escudo que tienen los abusadores es la conspiración de silencio del entorno familiar. “¿Por qué mamá no me cree?”, me decía hace tiempo una niña ante el abuso por parte de la nueva pareja de la madre. El logro es hacer sentir a la víctima como “sucia”, o como “provocadora”. “Vos lo provocás”, me contaba que suele decirle la mamá a otra víctima del abuso por parte de la nueva pareja. “Hace 20 años que me siento sucia”, me dijo una vez una mujer ya adulta, después de mucho tiempo de ser abusada por un amigo del padre. He allí el gran triunfo de los abusadores, y allí está su “poder”. Es una “transferencia de la culpa”.
Siendo que el tema de los abusos por parte de curas está –afortunadamente– en el candelero, y los culpables empiezan a tener nombre y rostro (algunos ya conocidos, pero libres por tener carísimos abogados), me surge desde mi más honda indignación: ¿Qué pasa en General Villegas? ¿Quién puede creer que tres adultos filmados manteniendo relaciones sexuales con una menor son ellos las víctimas? Que la niña es “sucia”. Que es provocadora… Escuchando voces de la gente que participó en la marcha ¡en defensa de los abusadores! no puedo resistir la indignación. ¿Es un pueblo enfermo? No sé si fue o no violación, cosa que espero dirima la Justicia, pero tres adultos con una menor, ¿y la niña es la victimaria y ellos tres las víctimas? Me parece gravísimo el tema. No sé si es un pueblo abusado, no sé si es un pueblo enfermo, no sé si es un pueblo perverso, lo que sí creo es que en General Villegas –¿sólo allí?– haría falta sensatez. Y que alguien les enseñe que entre victimario y víctima hay un “río”. Un río de dolor, de violencia, de perversión y de vida. Y no parece muy humano no darse cuenta.
* Coordinador del Movimiento de Sacerdotes en Opción por los Pobres

LA SOLEDAD

Allí estaba, sentado en una banqueta, con los pies descalzos sobre las baldosas rotas de la vereda; gorra marrón, manos arrugadas sosteniendo un viejo bastón de madera; pantalones que arremangados dejaban libres sus pantorrillas y una camisa blanca, gastada, con un chaleco de lana tejido a mano. El anciano miraba a la nada. Y el viejo lloró, y en su única lágrima expresó tanto que me fue muy difícil acercarme, a preguntarle, o siquiera consolarlo.

Por el frente de su casa pasé mirándolo, al voltear su mirada la fijó en mi, le sonreí, lo saludé con un gesto aunque no crucé la calle, no me animé, no lo conocía y si bien entendí que en la mirada de aquella lágrima se mostraba una gran necesidad seguí mi camino, sin convencerme de estar haciendo lo correcto.

En mi camino guardé la imagen, la de su mirada encontrándose con la mía. Traté de olvidarme. Caminé rápido como escapándome. Compré un libro y ni bien llegué a mi casa comencé a leerlo esperando que el tiempo borrara esa presencia…. pero esa lágrima no se borraba…

Los viejos no lloran así por nada, me dije.

Esa noche me costó dormir, la conciencia no entiende de horarios y decidí que a la mañana volvería a su casa y conversaría con él, tal como entendí que me lo había pedido. Luego de vencer mi pena, logré dormir.

Recuerdo haber preparado un poco de café, compré galletas y muy deprisa fui a su casa convencido de tener mucho por conversar.

Llamé a la puerta, cedieron las rechinantes bisagras y salió otro hombre.

– ¿Qué desea? – Preguntó, mirándome con un gesto adusto.

– Busco al anciano que vive en esta casa. – Contesté.

– Mi padre murió ayer por la tarde – Dijo entre lágrimas.

– ¡Murió!- Dije decepcionado. Las piernas se me aflojaron, la mente se me nubló y los ojos se me humedecieron.

– ¿Usted quien es? – Volvió a preguntar.

– En realidad nadie – Contesté, y agregué – Ayer pasé por la puerta de su casa, y estaba su padre sentado, vi que lloraba y a pesar de que lo saludé no me detuve a preguntarle que le sucedía pero hoy volví para hablar con él pero veo que es tarde.

– No me lo va a creer pero Usted es la persona de quien hablaba en su diario.

Extrañado por lo que me decía, lo miré pidiéndole más explicación.

– Por favor, Pase – Me dijo aún sin contestarme.

Luego de servir un poco de café me llevó hasta donde estaba su diario y la ultima hoja rezaba: "hoy me regalaron una sonrisa plena y un saludo amable… hoy es un día bello".

Tuve que sentarme, me dolió el alma de solo pensar lo importante que hubiera sido para ese hombre que yo cruzara aquella calle.

Me levanté lentamente y al mirar al hombre le dije: – Si hubiera cruzado de vereda y hubiera conversado unos instantes con su padre…- Pero me interrumpió y con los ojos humedecidos de llanto dijo: – Si yo hubiera venido a visitarlo al menos una vez este último año, quizás su saludo y su sonrisa no hubieran significado tanto.

Autor Desconocido

Una Frase de T. Campbell dice: “Vivir en el corazón de los que dejamos detrás de nosotros no es morir”.

“La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya es hora de morirse”. Ernesto Sabato

LA BOTELLA

Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Por suerte, llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin ventanas, sin techo.

El hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra donde acomodarse para protegerse del calor y el sol del desierto. Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua, toda oxidada. Se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía.

Desilusionado, cayó postrado hacia atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja. La miró, la limpió de todo el polvo que la cubría, y pudo leer que decía: "Usted necesita primero preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar".

El hombre desenroscó la tapa de la botella, y vio que estaba llena de agua… ¡llena de agua! De pronto, se vio en un dilema: si bebía aquella agua, él podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que quisiese, o tal vez no, tal vez, la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada.

¿Qué debiera hacer?

¿Derramar el agua en la bomba y esperar a que saliese agua fresca… o beber el agua vieja de la botella e ignorar el mensaje?

¿Debía perder toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables escritas no se cuánto tiempo atrás?

Al final, derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y comenzó a bombear, y la bomba comenzó a rechinar, pero ¡nada pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos y entonces de pronto surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia… Agua fresca, cristalina.

Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta arriba, tomó la pequeña nota y añadió otra frase:

"Créame que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente".

Hebreos 11:1
“Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Hechos 20:35 “Más bienaventurada cosa es dar que recibir”.

Lucas 6:21 “Bienaventurados los que ahora tenéis hambre; porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.”